Los angiomas (hemangiomas), son los tumores benignos más comunes en la infancia. Están formados por vasos sanguíneos, generalmente se hacen visibles después del nacimiento y pueden crecer, consiguiendo el aspecto final a los 6 meses aproximadamente.
Son tumores que se presentan con mayor frecuencia en niñas, raza blanca, niños prematuros o de bajo peso y en hijos de madres con placenta previa o que han tenido hipertensión arterial durante el embarazo.
En ocasiones, dependiendo de la localización y de su crecimiento pueden dar complicaciones diversas, a veces poco importantes, a veces más:
- Afectación de alguna función importante como la vista (angiomas alrededor de los ojos), la alimentación (en los labios)...
- Afectación estética: angiomas grandes en la cara y extremidades.
- Dolor importante e incluso cicatrices, cuando existe ulceración.
- Asociación con hemangiomas internos, se sospecha cuando hay más de uno, que a veces van acompañados de hemangiomas hepáticos.
TRATAMIENTO
La mayoría no requieren tratamiento siendo solamente necesario un control de su evolución. Sin realizar tratamiento se van reduciendo y desaparecen con los años. De todos modos actualmente la tendencia está siendo tratarlos sin dejar que evolucionen para evitar secuelas estéticas o psicológicas. Sobretodo no dudamos en tratar a aquellos que pueden desfigurar la cara, interferir en la visión, oído, alimentación o también los que están comenzando a crecer de prisa.
Las opciones terapéuticas son variadas, incluyen el uso de medicamentos tópicos y/o orales, láser o cirugía. El dermatólogo establecerá tanto la necesidad de iniciar tratamiento como la elección del que resulta más adecuado.